miércoles, agosto 08, 2007

El diario de Ana Frank


Libro: El diario de Ana Frank
Autor: Ana Frank
Nacionalidad: Alemana
Año de publicación: 1947
N° de páginas: 80

El diario de ana Frank es un real diario de vida de una niña escrito durante la Segunda Guerra Mundial.

Ana Frank fue una niña judía, quien, junto a su familia, vivió los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Ella deseaba ser periodista y escritora.

Resumen:
Durante la Segunda Guerra Mundial, una familia de judíos se vio en la necesidad de esconderse en un edificio de viviendas en Amsterdam, donde permanecieron ocultos durante dos años y donde la joven Ana escribió su famoso “Diario”, que la convirtió en símbolo de las víctimas de los horrores del nazismo.

Ana, una adolescente con una personalidad especial, relata en su diario de vida los acontecimientos vividos durante ese tiempo: peleas, miedos, esperanzas, alegrías, sensaciones, reflexiones... pero todo queda inconcluso, pues en un momento son descubiertos y llevados a un campo de concentración.

La niña murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen a finales de febrero o principios de marzo de 1945. Sólo sobrevivió su padre y fue a él a quien se le entregó el manuscrito del diario de Ana, que había quedado en el escondite y que fue guardado por uno de los colaboradores de los Frank.

Frases del libro:
- Hay personas a quienes les gusta educar, no sólo a sus propios hijos, sino también a los ajenos.
- La experiencia me dice que la gente modesta no llega lejos en la vida.
- Peleándose claramente una sola vez es la mejor forma para conocerse a fondo. Es entonces cuando puede juzgarse realmente un carácter.
- Pasado el susto, es muy fácil reirse de las cosas.
- Salir en bicicleta, ir a bailar, poder silbar, ver gente, sentirme joven y libre; tengo sed y hambre de todo eso, y tengo que hacer un esfuerzo muy grande para disimularlo.
- Dios me ha dado más de lo que merezco y, sin embargo, cada día acumulo más culpas.
- Quien es feliz, puede hacer feliz a los demás. Quien no pierde el valor ni la confianza, jamás perecerá por la miseria.
- Quiero serguir viviendo aún después de mi muerte. Por eso doy gracias a Dios, quien, desde mi nacimiento, me dio una posibilidad: La de desarrollarme y escribir, es decir, la de expresar todo lo que me sucede. Cuando escribo, me libero de todo, mis penas desaparecen y mi fuerza renace.
- ¿Quién nos ha marcado así? ¿Quién decidió excluir al pueblo judío de todos los demás pueblos? ¿Quién nos ha hecho sufrir tanto?
- A pesar de esta carga que soportamos, muchos de nosotros seguimos viviendo, sobreviviendo; debemos creer que como proscritos los judíos algún día seremos un ejemplo.
- ¿Existe algo mejor en el mundo que mirar la naturaleza por una ventana abierta, oír cantar a los pájaros, calentarse las mejillas al sol y tener en los brazos a un muchacho que se quiera?
- El temor a Dios hace que uno estime su propio honor, su propia conciencia. ¡Qué hermosa sería la humanidad, y qué buena, si, por la noche, antes de dormirse, cada uno examinara qué le sucedió durante el día y qué hizo, tomando en cuenta cuándo actuó bien y cuándo actuó mal!

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